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martes, 8 de diciembre de 2015

SEUDOLOGÍA V y VI: Los engaños de Dios y la mentira como necesidad


     Con apenas unos meses de distancia, el filósofo valenciano Miguel Catalán (1958) ha publicado dos nuevas entregas de su Seudología: La sombra del Supremo. Seudología V y Ética de la verdad y de la mentira. Seudología VI. Poco a poco, como la débil gota que golpea incansablemente sobre el duro granito y termina por traspasarlo, Miguel Catalán va dando cumplida cuenta de una empresa que se antojaba poco menos que imposible: un estudio concienzudo y documentado de la mentira en todas sus vertientes —cuajado, además, por una prosa amena y certera—. La empresa, según palabras del autor, abarcaría veintidós volúmenes. Lo importante no es tanto cumplir con el objetivo como intentarlo. Y damos fe de que Miguel Catalán lo está intentando con unos resultados sobresalientes.

      Tras los anteriores volúmenes de la serie —El prestigio de la lejanía, Antropología de la mentira, Anatomía del secreto y La Creación burlada—, algunos de ellos publicados de nuevo por Verbum en unas ediciones que corrigen, puntualizan y aportan nuevos y mejores datos, Miguel Catalán, en La sombra del Supremo, se sumerge en una de las mentiras más insoportables para el ser humano (de cualquier cultura y tiempo): que Dios, el Ser Supremo, el Hacedor (tenga el nombre que tenga dependiendo de la religión o la cultura) mienta a los hombres, sus creaciones. Con la destreza de un cirujano, el filósofo valenciano desmenuza las teorías que, desde los orígenes de la Humanidad, han pretendido entender, justificar, aceptar o, incluso, “disfrazar” el hecho de que nuestro Dios sea un mentiroso. Miguel Catalán pone sobre el tapete las teorías de Zoroastro, las versiones bíblicas (tanto en el Antiguo o como en el Nuevo Testamento), el lúcido dilema de Epicuro —todo un hallazgo para el autor de estas líneas: Dios es o bueno u omnipotente, pero no puede ser ambas cosas a la vez—, las teorías cartesianas para justificar el engaño divino a través de un demiurgo maligno o travieso… La conclusión a la que llega el autor nos obliga a reflexionar no solo sobre dogmas religiosos, sino también sobre premisas filosóficas. Una conclusión que relaciona este libro con otros anteriores como La Creación burlada o Antropología de la mentira: «la falsedad y la ilusión no son excepciones de la naturaleza ni de la cultura, sino que forman parte de ambas. Son inherentes a ellas e inextricables entre sí».

Resultado de imagen de miguel catalán etica de la verdad y la mentira      El siguiente volumen, Ética de la verdad y de la mentira. Seudología VI, llega refrendado por la obtención del V Premio Juan Andrés de Ensayo e Investigación en Ciencias Humanas. El tomo —tan jugoso como los anteriores, o quizás más— parte de la pregunta: ¿existe alguna circunstancia en que sea legitimo mentir? Tras un recorrido histórico a través de las respuestas de San Agustín, Santo Tomás, Kant, Habermas y muchos otros filósofos, Catalán llega a la conclusión de que la sociedad existe porque el ser humano miente a sus semejantes, porque decir la verdad siempre y en toda ocasión terminaría provocando la ruptura de la civilización tal y como la entendemos: querámoslo o no, hay verdades que pueden matar. La prosa de Miguel Catalán es tan justa como estilosa, convirtiendo temas que podrían parecer tediosos o confusos en monumentos de divulgación y entretenimiento. No miento si digo que he leído ambos tomos como si de novelas se tratasen; ahí radica gran parte del mérito del filósofo valenciano: en hacer fácil lo difícil y claro lo que parecía nebuloso.


      Según el autor, a partir de este punto de su ambicioso proyecto, Seudología va a internarse en la mentira dentro del mundo de la política. Comenta Miguel Catalán que esta parte de su trabajo abarcará cinco volúmenes. Lo cierto es que conforme está el patio (nacional e internacional)… pocos nos parecen.

Miguel Catalán,

La sombra del Supremo, ed. Siruela, Madrid, 2015.

Ética de la verdad y de la mentira, ed. Verbum, Madrid, 2015.

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