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sábado, 27 de mayo de 2017

NO lea Destilando fantasmas: razones y advertencias


     Aquí van algunas razones, no muchas porque no deseo cansar al lector, de por qué NO debe usted leer Destilando fantasmas.

    Razón primera: porque usted es una persona que desea profundamente aburrirse, pasarse las horas mirando las esquinas del techo de su salón, los días tumbado en el sofá con los ojos entornados decidiendo si volver a dormirse o no, mientras al fondo, muy lejos, se escucha como un rumor proveniente de la caja tonta. Le prevengo: si desea conservar este modo de vida, NO lea Destilando fantasmas.

   Razón segunda: porque no le gusta el cine, ni la pintura, ni mucho menos la literatura, claro, y como precisamente Destilando fantasmas habla de cine, pintura y literatura, además de amor, odio, sexo, amistad, historia, misterio, muerte, pues es mejor que NO lea esta novela.

    Razón tercera: por que odia los vicios, rechaza de plano las adicciones, es una persona íntegra y pura, que se cuida, que duerme las horas prescritas, que no trasnocha innecesariamente y luego se levanta con tiempo de sobra para desayunar como recomiendan los dietistas. Puesto que Destilando fantasmas le generará adicción e insomnio, NO la lea.

    Y, francamente, ya no se me ocurren más razones objetivas para que NO lea esta novela.

      Las razones para que la lea debe darlas usted.