Sueño que regresas,
cuando la noche acalla sus canciones.
El metálico sonido del cerrojo;
(la luz —— la puerta —— la luz de nuevo)
el golpe familiar de la baldosa siempre suelta;
el balanceo de los zapatos en tus manos;
el frío aliento de tus pies...
Y con el silencio de tu cuerpo amordazado
sueño que contigo sueño.
Soñando
me desvelo
y mis brazos recorren el vacío,
el frío de la cama.
(la luz —— la mañana —— la luz de
nuevo)
Apenas
vislumbrada,
entre desconfianzas y lejanos
prejuicios,
tu sombra me precede
y tu ausencia me persigue
como a un maníaco sus sueños de loco.
Imaginarte...
E
imaginarme en ti,
ignorando
lo evidente:
sólo en el rincón de los sueños
contemplaré la paz.