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sábado, 17 de marzo de 2018

MENTIRA Y PODER POLÍTICO


     Este es el título de la séptima entrega de Seudología, la magna obra que el filósofo valenciano Miguel Catalán lleva más de diez años escribiendo en torno a la mentira y sus diversos rostros.

      Leo con cierta rabia el siguiente fragmento. No tiene desperdicio:


      "Todavía hoy, cuando los ciudadanos disponen de mucha más información que los campesinos del Imperio Antiguo, oímos ponderar a los titulares de un ministerio o una dirección general que “el gobierno ha hecho un gran esfuerzo económico” o “presupuestario” para acometer una inversión, realizar cierta obra o cubrir cierta demanda social.

Resultado de imagen de esclavos      Claro que en realidad el esfuerzo económico nunca lo hace el gobierno ni el presidente ni el ministro ni los secretarios de Estado, subsecretarios, directores generales, delegados del Gobierno, consejeros, ni la oscura nube de asesores y cargos de libre designación que cubre de oscuro el cielo de la nación. El cuerpo político nunca realiza esfuerzo económico alguno, sino que más bien al contrario toma para sí, siempre y por naturaleza una parte del fruto del trabajo de los productores, de la cual él mismo se queda una porción fija y distribuye el resto según criterios variables. Lo único que hace el cuerpo político al asignar una partida presupuestaria es aplicar un criterio u otro a la segunda porción de la renta ajena que administra. En todo momento el esfuerzo siempre lo realiza el grupo social: los gobernados, y en concreto, los trabajadores a quienes va dirigía la propaganda gubernamental sufragada también con sus tributos. Son ellos los que corren, siempre, con todo los gastos.

      El sistema político intenta invariablemente cargar sobre las víctimas el peso de la apropiación de bienes de que las ha hecho objeto; unas veces lo consigue y otras no, pero nunca deja de intentarlo. Así, cuando los gobiernos prevén reducir la pensión de jubilación no solo cargan a través de sus portavoces contra los jubilados por la excesiva edad que alcanzan (Christine Lagarde), sino que siempre procuran dejar la impresión de que la pensión jubilatoria es un regalo o donación graciosa del Estado o la comunidad, y no una pequeña parte de la porción que antes ha extraído el Estado del sueldo de los jubilados a lo largo de toda su vida laboral, siempre mucho más prolongada que su posterior fase pasiva. Conseguir que los ciudadanos caigan en la trampa verbal que transforma al sustraído en sustractor es el propósito de los globos sonda incriminatorios lanzados desde las instancias oficiales a través de los medios de comunicación para detectar si la medida antisocial será aceptada por la opinión pública."