La novela me la recomendó, hace tiempo, mi amigo Emilio
Soler. Y yo, que soy más joven y menos inteligente, le hice caso. Lo malo es
que no recordaba el título ni al autor (que luego resultó ser autora). Pensé en
acudir a alguno de los grandes almacenes que pueblan vuestra (nuestra) ciudad
pero, ¿cómo buscar algo que carecía de nombre? Recordé que siendo universitario
pregunté a una joven y simpática dependienta de un almacén con reminiscencias
británicas si tenían El banquete de Platón, puesto que lo había buscado
en Alianza (donde sabía que había sido publicado) con escaso éxito. La muchacha
respiró reflexivamente, miró al cielo en busca de inspiración y dijo que
probase en la sección de libros de gastronomía. Yo arqueé la ceja izquierda (que
empleo para la sorpresa y el sarcasmo): “Me parece que ahí no va a estar”, dije
(o algo parecido). La muchacha sonrió y muy resueltamente concluyó: “Entonces
es que se ha agotado, pero seguro que mañana lo han repuesto. Es un libro que
se vende mucho”.¡Cómo no! El Banquete de Platón, ¡un best-seller que te
cagas! (con perdón) ¡Ni Arguiñano, tú!
En fin, mejor buscar en una librería “de
verdad” y no en un parking de libros. Entré en 80 Mundos y pregunté a la
dependienta (menos atractiva que la anterior, pero no menos simpática) si
tenían un libro del que no sabía su título, ni su autor, pero sí su argumento.
La mujer no pareció sorprenderse. Yo le referí el argumento (que sólo conocía
por lo que de él me había dicho mi amigo Emilio). La mujer sonrió, rogó que esperase
y llamó al dueño. Fernando Linde acudió solícito al quite y al reto. Yo volví a
referir todo lo anterior. Él me ayudó: ¿está en Anagrama? Recordé que sí, que
allí estaba. Volvió a su mesa, se sentó en el ordenador, se levantó y acudió a
los estantes, buscó, buscamos los dos, me vinieron a la mente las palabras
“Charing Street” y las pronuncié; de nuevo él volvió al ordenador. Me dijo: sí,
también hay una obra de teatro y una película. Yo asentí, pero no estaba seguro. (Él sí había acertado). Tengo el título: 84, Charing Cross Road en
Anagrama —me dijo. Y rápidamente dejó su mesa, buscó en varios anaqueles y
finalmente me dio el libro que, hace no menos de dos horas, he concluido.
Imagino que el lector de esta reseña se
estará preguntando a qué viene todo esto. Pues resulta que el citado 84,
Charing Cross Road de Helene Hanff versa precisamente sobre el amor a los
libros de una pobre escritora neoyorquina, y de su relación con los empleados
de una librería londinense que conocen, aman y se vuelcan en su trabajo. El
libro ha sido reseñado cientos de veces;
sin embargo yo no quería dejar de constatar mi cariño a la novela y mi homenaje
a los verdaderos libreros. He dicho.
Helene Hanff,
84, Charing Cross Road , Anagrama, 126 páginas.