Los versos de la poeta alicantina son ventanas abiertas a la esperanza
en estos extraños y anómalos días, donde necesitamos los acicates
de la buena literatura para compensar los embates de la triste
realidad.
Ocho años han transcurrido desde que la poeta
alicantina, aunque murciana de nacimiento, afincada en Estados Unidos, donde
ejerce de catedrática de literatura en la Universidad de Cincinatti (Ohio), nos
asombrara con su excelente El vientre de
las iguanas. Aquel fue un poemario en el que, junto a los recuerdos,
existían también las plasmaciones itinerantes de la vida de la autora. De él
dijimos que era la continuada búsqueda de la palabra exacta, del envoltorio
perfecto que contenga la capacidad de expresar lo que nace en el fondo de la
inteligencia y del corazón, conjugando ambos (razón y corazón) en unos versos
que incitan a la evocación y al vuelo imaginativo. Era un volumen donde los
poemas hablaban de lo que está fuera de nosotros.
Amiga del
monstruo es la consagración de una poeta de calidad que, sin prisa pero sin
pausa, desde el lejano 1994, no ha flaqueado en su empeño en buscar el
equilibrio perfecto entre forma y fondo. Ahora, desde la altura de su medio
siglo de vida, la poeta Mª Paz Moreno lanza su puñado de poemas nacidos desde
la incertidumbre, en un primer momento, y desde el miedo y el dolor, más tarde.
Sin embargo, sus versos encierran gritos de esperanza (“Donde dices miedo, di esperanza. / Donde dices pared,
di balcón o ventana”) que vencen el sufrimiento que los generaron.
Los veintitrés poemas que conforman Amiga del monstruo tienden a replegarse
hacia ellos mismos. Se convierten en un modo de terapia obligada por las
circunstancias vitales donde, pese a la emotividad y tristeza que desprenden
muchos de sus versos, sobresale, pervive, queda el rescoldo de la ilusión.
Dotada de una capacidad para convertir en
música y sentimientos los elementos más fisiológicos y escatológicos de nuestra
corporeidad (el poema “28 días desde mi cuerpo” es una notable manera de
afrontar la carga menstrual), Mª Paz Moreno no titubea a la hora de acometer la
más ardua de las tareas: describir la enfermedad y la muerte de los seres
queridos. El monstruo al que alude el
título es el nombre temido de la enfermedad innombrable que, como un berbiquí o
el gusano de la carcoma, no solo mina y socava el cuerpo herido, sino también
la mente de los seres que rodean al enfermo. El funesto azar ha querido que la triste
circunstancia personal se conjugue con las circunstancias actuales; y así, el monstruo se transforma también en el
virus criminal que parece dispuesto a adueñarse de este planeta y de sus
moradores. Cáncer y Covid-19 se dan sus repulsivas manos y sus atropellos se
multiplican.
Pero siempre queda la esperanza. De ahí que la autora haya optado por abrir su excelente libro con el último poema que escribió, el magistral “Donde dices miedo”, vinculando el dolor de la pérdida familiar con el temor que nos sobrevuela en este annus horribilis que nos ha tocado en mala suerte vivir.
Escritos desde el dolor por la muerte del padre,
los poemas son también el recuerdo del ausente pues solo el arte es capaz de
devolvernos aquello que ya no existe. Como dijo Fernando Pessoa: “La
literatura, como el arte en general, es la demostración de que con la vida no
basta”.
María Paz Moreno, Amiga del monstruo, ed. Renacimiento, 2020. 60 páginas.
Deseando hacerme con él.
ResponderEliminarUn abrazo.