La prueba de que Luis Mateo Díez escribe
(¿y vive?) en un mundo ajeno a las modas y tendencias es El eco de las bodas.
Los seguidores del narrador hallamos más de lo mismo, y todo excelente: una
prosa cuidada y exacta, que alterna con sabiduría la descripción directa y los
incisos reflexivos; la recreación de unos personajes (siempre con nombres,
cuanto menos, «llamativos») que viven, crecen y fallecen en un universo
personal: la comarca de Celama (con las ciudades de Doza, Ordial, Borela,
etc.). Aquellos lectores
que se atrevan a sumergirse, por primera vez, en este universo literario
hallarán, en las primera páginas, una dificultad considerable: no
es una lectura fácil ni dinámica, y requiere sosiego y concentración. Si el
lector no se rinde muy pronto, hallará un regalo intransferible —como todo placer
estético—; si ello no fuera así, si el lector no lograra pasar la criba de las
primera páginas, baste decir que no era merecedor de este libro.
Los ecos de las bodas es un volumen compuesto por tres relatos, cuyo nexo común es el
matrimonio o, cuanto menos, la relación de pareja. En el «El eco de las bodas»,
el primer cuento y el que da título al libro, se recuerda la coincidencia, en
los mismos salones, de dos banquetes de diferentes bodas. La novia de una de
ellas y el novio de la otra se cruzan durante unos segundos por un pasillo del
local. Un hecho fortuito y azaroso que cobrará, a posteri, un cariz de
predestinación. Construida mediante breves recuerdos —como los fogonazos de
cualquier fotógrafo de cualquier boda— la narración se sumerge en la descripción
de los fracasos y las vidas truncadas, irrealizadas, de los protagonistas.
El último cuento, a nuestro entender el mejor,
es «La viuda feliz», con clara alusión al conocido vals de La viuda alegre.
También a ritmo de tres tiempos se mueve el relato. Es la historia de doña Dega
Lombay que enviudó tres veces. La descripción de estos matrimonios va a marcar
el desarrollo del cuento. Junto a los maridos —todos ellos con alguna tara, con
pronunciados desequilibrios—, se pasean por el relato personajes dickernianos
como su amiga Paulina y el débil e infeliz Publio. La relación con este último
da las claves exactas para comprender el carácter de la protagonista, y para
advertir lo sola y perdida que ha estado —a pesar de sus tres matrimonios—
desde que de niña salió del orfanato donde creció.
Como en todas las obras de Luis Mateo Díez,
el punto y final de cada relato es únicamente un trampolín que se alza ante un
océano de interpretaciones y reflexiones que cada lector deberá surcar según
sus fuerzas.
Luis Mateo Díez
El eco de las bodas,
Editorial Alfaguara, 2003. 194 páginas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario