Aquí van algunas razones, no muchas porque no
deseo cansar al lector, de por qué NO
debe usted leer Destilando fantasmas.
Razón primera: porque usted es una persona que
desea profundamente aburrirse, pasarse las horas mirando las esquinas del techo
de su salón, los días tumbado en el sofá con los ojos entornados decidiendo si
volver a dormirse o no, mientras al fondo, muy lejos, se escucha como un rumor
proveniente de la caja tonta. Le prevengo: si desea conservar este modo de
vida, NO lea Destilando fantasmas.
Razón segunda: porque no le gusta el cine, ni
la pintura, ni mucho menos la literatura, claro, y como precisamente Destilando fantasmas habla de cine,
pintura y literatura, además de amor, odio, sexo, amistad, historia, misterio,
muerte, pues es mejor que NO lea
esta novela.
Razón tercera: por que odia los vicios, rechaza
de plano las adicciones, es una persona íntegra y pura, que se cuida, que
duerme las horas prescritas, que no trasnocha innecesariamente y luego se
levanta con tiempo de sobra para desayunar como recomiendan los dietistas.
Puesto que Destilando fantasmas le
generará adicción e insomnio, NO la
lea.
Y, francamente, ya no se me ocurren más razones
objetivas para que NO lea esta
novela.
Las razones para que SÍ la lea debe darlas usted.
Nada como no tomarse demasiado en serio. Genial.
ResponderEliminarUn abrazo.