Cierro Los
apuñaladores, la novela del autor siciliano Leonardo Sciascia (1921-1989) publicada originariamente en 1976. Ha sido una lectura rápida,
sin concesiones a la pereza, sin altos o descansos. Porque la novela te
absorbe; porque Sciascia —sin ser ningún gran acróbata o artesano del lenguaje—
sabe atraparte y estrujar hasta la última pulpa de tu capacidad de lectura y de
curiosidad.
Que Sciascia es uno de mis grandes
admirados (junto a Chesterton, por decir otro nombre) no es un secreto para los que han venido siguiendo este blog y para mis sufridos oyentes.
¿Pero cómo nadie en sus cabales puede no
dejarse atrapar por argumentos como el de Los apuñaladores? El primero
de octubre de 1862, en la ciudad de Palermo (Sicilia), trece personas son
apuñaladas por un grupo de desconocidos. Los apuñaladores visten de forma
parecida; sin embargo no parece existir ninguna relación entre los heridos: de
hecho, los actos han tenido lugar en lugares distintos de la misma ciudad. El
joven fiscal general Giacosa y el juez de instrucción Mari consiguen apresar a
los agresores y condenarlos; pero ¿cómo poder descubrir, atrapar y condenar al
verdadero instigador de los hechos?
No desvelaré al lector la respuesta a esta
pregunta. Basta con decir (con recordar) que en las novelas de Sciascia prima
la realidad sobre la literatura: nunca triunfa la justicia, ni siquiera la
justicia poética...
Leonardo Sciascia
Los apuñaladores, Tusquets Editores. 125 páginas.
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