Al leer esta nueva entrega de la ambiciosa obra de Miguel Catalán, me viene a la mente un título ya clásico de Lakoff y
Johnson —Metáforas de la vida cotidiana
(Metaphors We Live By, 1980)— en el
que se exponía con claridad meridiana cómo nuestra cotidianidad se sustenta,
vertebra y se crea a través de una cantidad ingente de metáforas. Un título que parafraseo en "Mentiras de la vida cotidiana". A lo largo de
casi diez años (y los que aún le quedan) el profesor y filósofo Miguel Catalán
(Valencia, 1958) ha ido construyendo, con excelentes materiales y un estilo
ameno y nítido, una historia de la mentira. La llama Seudología y en ella analiza la importancia, la necesidad, casi,
que todo tipo de embuste y fingimiento tiene para nuestra vida diaria.
Como ya sucedió en los dos volúmenes anteriores, también este se ha alzado con un premio: el Premio de Ensayo
Ciudad de Valencia «Juan Gil-Albert» 2007; galardón que ya obtuvo con el primer título de la serie, El prestigio de la lejanía, en 1998.
A medio camino del ensayo filosófico y el
estudio antropológico, la obra de Miguel Catalán contiene también suficientes
alicientes para que incluso el lector “profano” (como quien esto escribe) se
atreva a sumergirse en sus páginas. Sabe el filósofo valenciano salpicar, casi
inundar, todas sus reflexiones con sugerentes ejemplos que ayudan a fijar tesis
e hipótesis, que amenizan la lectura y que convierten esta Anatomía del secreto en un ensayo clasificado “para todos los
públicos”. A lo largo de sus cuatrocientas páginas, el autor analiza el engaño
y el disimulo como pautas fundamentales y necesarias de comportamiento con las
que el ser humano intenta (y lo consigue) sustraerse del control y la
vigilancia indeseada de sus semejantes. Las normas sociales, el ocultamiento,
la privatización, la burla y el chiste, la murmuración, la vergüenza y la
culpa, el señalamiento y el castigo, el secreto defensivo y la esfera íntima
son algunas de las muchas nociones que Catalán analiza pormenorizadamente en
las páginas de su libro.
Los políticos afirman (y mienten) que la
defensa de la verdad es su principal y único objeto, su razón de ser. En
cambio, Miguel Catalán ha dedicado gran parte de su vida a la mentira, a su
descripción y, en ocasiones, a su defensa. Vale la pena acercase a sus libros
para comprobar que, en esto, es sincero.
Miguel Catalán,
Anatomía del secreto, Del Taller de Mario Muchnik, Madrid, 2008. 415 pp.
No hay comentarios:
Publicar un comentario